1. De la Acreditación de la Asignatura
La asignatura se acredita mediante un examen final. Para poder rendir examen se deberá aprobar una monografía o entrevista imaginaria, tanto en el caso de los alumnos regulares como de los libres. Los alumnos regulares deberán aprobar además un único parcial y elaborar y presentar el 70% de las guías de lectura. La aprobación de la monografía o entrevista imaginaria es condición para poder rendir examen final.
2. Del Parcial
Para alcanzar la condición de regular los alumnos deberán aprobar un 50 % de cada una de las preguntas del parcial.
En el caso de obtener como resultado final un 70 % (o porcentaje mayor) el alumno estará eximido de rendir en el examen final los temas del parcial.
Quienes obtengan menos del 50% o no hayan alcanzado el 70% en alguna pregunta del parcial tendrán derecho a un recuperatorio, tanto para regularizar la asignatura, como para alcanzar el 70% que les permitirá eximirse de los temas del parcial en el examen final.
Quienes no aprueben en el recuperatorio quedarán en condición de alumno libre.
3. De la Monografía
Se deberá trabajar sobre algún texto, o algún tema de los que oportunamente indicará la cátedra, no sobre un autor en general.
Las monografías se recibirán -como plazo máximo- hasta la segunda mesa de diciembre.
La presentación deberá contener 6 partes: carátula (incluyendo fecha de entrega y año de la última cursada) / índice / introducción / cuerpo (dividido en partes, parágrafos o capítulos) / conclusión / bibliografía.
Formato de presentación: no menos de 10 (diez) páginas tamaño A4 / fuente de 12 puntos / espaciado de 1½ / alineación justificada. Las citas textuales deberán figurar entre comillas, indicando la referencia bibliográfica correspondiente en una nota al pie de página.
Formato de presentación de bibliografía: apellido y nombre del autor / título de la obra (en cursivas, no entre comillas) / editorial / lugar / año / número de página.
Cuando se consulte como bibliografía páginas de Internet se deberá consignar el nombre del sitio y la dirección "completa" de la página.
La calificación obtenida en la monografía será comunicada al alumno el día del examen, de modo que no se atenderán consultas telefónicas por este motivo.
4. De la Entrevista Imaginaria
La entrevista imaginaria es una opción que rige sólo para aquellos alumnos que estén cursando Corrientes y Redacción simultáneamente (durante el mismo cuatrimestre). Todos los que no estén en esta situación deberán elaborar una monografía.
Las entrevistas se recibirán -como plazo máximo- en la primera mesa de julio debiendo presentarse la misma copia previamente aprobada por la cátedra de Redacción
Se elaborarán siguiendo las instrucciones dadas en dicha cátedra. En Corrientes del Pensamiento se tendrá en cuenta la presentación del filósofo elegido y la exposición sustantiva de su filosofía.
En Redacción se suelen dar las siguientes consignas:
1. Produzca una pieza comunicacional: entrevista imaginaria.
2. El personaje será determinado desde Corrientes del Pensamiento.
3. Extensión: entre 10 y 12 preguntas con sus respectivas respuestas.
4. El trabajo debe denotar conocimiento del entrevistado imaginario y su contexto político-social-económico-cultural.
5. A lo largo del texto combine los tipos de discursos: diálogo, narración y descripción.
6. Título en no más de 10 palabras.
7. Consigne la función del lenguaje privilegiada en el título.
8. Indique el medio en el que publicaría su producción.
La calificación obtenida en la entrevista será comunicada al alumno el día del examen, de modo que no se atenderán consultas telefónicas por este motivo.
Atención: Una vez vencidos los plazos de presentación de la entrevista en la cátedra de Redacción, NO podrá entregarse una entrevista elaborada sólo para Corrientes del Pensamiento. En otras palabras, los alumnos que no estén cursando Redacción en el mismo año lectivo que Corrientes, deberán elaborar una monografía.
Los alumnos que recursen la materia deberán presentar una nueva monografía con los temas definidos para el año en curso.
Todos los alumnos que se presenten a examen –incluidos los que hayan retirado previamente su monografía o entrevista imaginaria ya corregida (éstas se retiran durante las mesas de examen) y se presenten a examen en otro turno– deberán hacerlo munidos de una copia de la misma, sin excepción.
5. Del Examen Final
Los alumnos libres (sin parcial aprobado / o con menos del 70% de guías de lectura presentadas / o con menos del 80% de asistencia a las clases teóricas o prácticas) rendirán primero un examen escrito (eliminatorio) y luego el oral.
Los alumnos regulares rendirán examen oral.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El estudiante es...
SINOPSIS
sobre el proyecto (Entwurf) del ser-sujeto
(Réplica a Rubén Dri)
Teoría de la Acción
(Una categoría subversiva
de un mundo crecientemente cosificado)[1]
(≠ instituciones ≠ relaciones ≠ sistema ≠ estructura
≠ sujeto fabricatus o producido o sujetado)
Inhalt
Advertencia
§ 1. El sujeto como categoría
§ 2. Qué no es sujeto
§ 3. Das Wesen des Subjects
§ 4. La actividad de la Vida: experiencias.
§ 5. Negatividad
§ 6. Conciencia como voluntad de conciencia
§ 7. Voluntad de ser Autoconciencia
§ 8. Voluntad de la Libertad-conciente-de-sí
§ 9. Voluntad de Autenticidad
§ 10. Voluntad de Razón
§ 11. Espíritu Objetivo
§ 12. Bildung
§ 13. Deus in fieri
§ 14. Lucha
§ 15. Autoposición
§ 16. El reconocimiento
§ 17. Totalidad ética
§ 18. Señorío
Apéndice: Geistesleben
advertencia preliminar
El "autoengendramiento del Sujeto" es solamente el hecho de que a partir de un cierto momento del proceso de la subjetivación del Sujeto, los hábitos (las exeiV), es decir, la "segunda naturaleza" en los que el sujeto consiste, y que por supuesto supone a las relaciones sociales, son el resultado de la elección (proairhsiV). A partir de cierto momento se es responsable hasta de la cara que uno tiene.
Sartre señala que el Idealismo es "la filosofía de los Amos", esto es, de los señores. El Idealismo y la Teoría del Sujeto les resultan increíbles a todos aquellos para los cuales la servidumbre y el fatalismo es parte constitutiva de la vida que vivieron y de la vida que eligieron. La nobleza, el honor, el ideal caballeresco, el coraje, el orgullo, la valentía, el desprecio al sufrimiento y la muerte, el temor a la humillación y a la deshonra, desgajados de sus condiciones históricas y sociales y transformados en valores morales incondicionados, son el sustrato de este éthos. Ninguno de estos valores morales pueden ser los valores de una sirvienta o un sirviente, de una sierva o siervo que han aceptado a los señores señoras y a los amos ya las amas y al orden social que éstos imponen y aquéllos acatan, por preferir la vida servil a la muerte en la lucha por el reconocimiento. El idealismo es el correlato teórico de la experiencia y al mismo tiempo la Aufhebung de estas realidades y tipos en cuanto históricos. Este éthos subyace a las revolucionarias y revolucionarios y a las ciudadanas y ciudadanos concientes y autoconscientes, de que las relaciones sociales y las instituciones dependen de la voluntad de los sujetos. En definitiva, "la filosofía que se elige depende del hombre que se es" (Fichte), y existen filosofías cuyo correlato es la experiencia del programa de la servidumbre y la humillación.
§ 1. El sujeto como categoría. La vida y la Biografía de Trotsky, pero sobre todo las de Lenin nos hacen creer, i.e., confiar, en la elocuencia de la categoría del sujeto para entenderlas. Pero, también las de Guevara de la Serna y, más aún, la de Napoleón. Pero podrían ser las de Cervantes o Marx o Robespierre. O la de Beethoven o la de Van Gogh. O Flora Tristán o Rosa Luxemburg. El común denominador es una vida intensa en relaciones, circunstancias y condiciones completamente adversas y la vaga impresión que la Historia no hubiese sido exactamente la que fue sin el Sujeto.
El Sujeto es lo que es irreductible a las relaciones, instituciones, estructuras y sistemas.
§ 2. Qué no es Sujeto. El ser-Sujeto es el no-ser un pasivo objeto, una simple cosa, un pobre ente; alguien –incluso algo– más o menos inmodificable en su ser; alguien –incluso algo– manipulable, dócil e intercambiable, obediente; en fin, alguien no reconocido intersubjetivamente como Sujeto. Sujeto no es tampoco lo meramente existente (faules Dasein), lo que existe simplemente, porque sí no más (Realität), lo que existe por-otro y para-otro (objeto y bien de uso). Propiamente el Sujeto no es sólo el resultado de las relaciones, de las situaciones, de las estructuras, de los sistemas, de los procesos, de las condiciones.
§ 3. Das Wesen des Subjects (Wer ist er?). Por el contrario, el Sujeto es aquello que es irreductible a las relaciones, a los sistemas, a las estructuras, usw. Es lo que existe en-sí y para-sí según su Ideal voluntario y según su Idea (Wirklichkeit), según su consciencia y autoconsciencia: lo que existe formado como Sujeto[2]. El Sujeto (normativamente) es agente, es espontáneo y, sobre todo y ante todo, es libre (autónomo) y aun auténtico. El Sujeto piensa por sí mismo, habla por sí mismo, actúa por sí mismo; en fin, es responsable de sí.
El Sujeto no es una "realidad" (Realität, ein faules Dasein) de esas que haya que dar cuenta en términos empíricos como permanentemente dados. Sujeto, en cambio, es una categoría crítica. Así pues, el Sujeto es el programa y el proyecto de formación (Bildung) moral y política (por momentos heroicos) de ser-sujeto; es la voluntad de ser-Sujeto.
El Sujeto es la Idea o el Ideal del Sujeto: es el programa y el proyecto de autorrealizarse como sujeto, negándose a la cosificación, a la reificación. Así pues, no es que el hombre sea Sujeto, sino que puede y debe volverse Sujeto para merecer propiamente el título de Hombre. El Sujeto es una conquista moral. El hombre puede y debe educarse como Sujeto (Bildung). El Sujeto es (ontológicamente) una posibilidad y un deber; no una realidad. El proyecto del Sujeto es el proyecto de la Libertad-Consciente-de-sí, i.e., de la Libertad que se autocomprende como una conquista moral, política y espiritual.
El Sujeto es, contrario sensu, el programa y el proyecto de superar (aufheben) la manipulación, la mercantilización, el destrato, el ninguneo, el trato como bienes de uso y de cambio, el desconocimiento, la falsa conciencia, la inconsciencia, en una palabra, la entificación, la cosificación, la reificación, la objetualización, i.e., la desigualdad entre los sujetos. En una palabra, el proyecto del Sujeto es el de la negación de las relaciones sociales que él no ha decidido voluntariamente, i.e. la heteronomía. La heteronomía es exactamente lo opuesto al Sujeto. El Sujeto es el proceso de negación, de negarse a ser un siervo, un súbdito, un dominado, un cliente, una mujer, un menor de edad, un viejo (≠ senex vel senior), un expoliado, un sometido, etc. Tampoco el Sujeto no es sustancialmente un heredero, ni el simple resultado de las tradiciones históricas.
§ 4. La actividad de la Vida (praxiV kai poihsiV). En principio, el Sujeto también es, de alguna manera, sustancia (algo autosuficiente y fijo, determinado e inmóvil) y desde luego estructura, sistema, intersección de relaciones, usw. Pero, sobre todo, quien alude al Sujeto, dice sustancia viva y lo es en el perpetuo movimiento cambiante de la vida; más propiamente: es sustancia en perpetua actividad (Cf. energeia). La actividad del Sujeto es tanto praxis (praxiV, actividad intersubjetiva) como es poíesis (poihsiV, metabolismo con la Naturaleza por vía del trabajo). La subjetividad es la enérgica vitalidad; la intensa, impetuosa y desbordante vitalidad de la vida, que surge de sí misma con autonomía. La subjetividad se forma en y por la actividad espontánea, autónoma y auténtica. Las actividades son las experiencias, las figuras de las experiencias, esas que constituyen la subjetividad del Sujeto. El Sujeto es el hijo de las experiencias de sí mismo como Sujeto de sus experiencias. El Sujeto es, más precisamente, el hijo de la historia de sí mismo como Sujeto de su vida. El Sujeto es el hijo de las experiencias de su Libertad.
El Sujeto entonces no sólo es activo, sino que es sólo "actividad concreta" (= Tathandlung) y no "cosa" (Tatsache); es, por así decirlo, la actividad de "el hombre de acción", de su autorrealización como Sujeto. El Sujeto pretende la "soberanía del Yo" en las relaciones sociales. El Sujeto pasa por su voluntad (en su actividad) del Ser (del ser-un-"ente") a la Consciencia de ser y de sí; y de ahí a la decisión ética de la Autoconsciencia. El Sujeto es así el proceso y aun el desarrollo (Entwicklung) y, más aun todavía y con todo rigor, la formación (Bildung) por la que se deviene Sujeto. El Sujeto entonces es acción, pero con sentido y destino. El Sujeto es, pues, un hábito, una disposición, una héxis, el resultado de múltiples elecciones; concretamente: el hábito de ser-sujeto. El Sujeto tiene pues historia y no es "naturaleza". El Sujeto es, de cabo a rabo, histórico. La actividad propiamente subjetiva del Sujeto es la Bildung (praxiV kai poihsiV). "Sujeto" nombra (como una recaída en la inmediatez) al proceso de la subjetivación, i.e., de la formación como Sujeto; éste es el alcance que tiene la afirmación de que el Sujeto es sustancia. El Sujeto es el proceso de hacerse y volverse Sujeto, esto es, de formarse como Sujeto. El Sujeto propiamente es la Bildung.
§ 5. La Negatividad. El Sujeto es esencialmente mortífero y mortal, mata y muere (un Sein-zum-Tode: alguien que debe y merece perecer). El Sujeto es la pura y simple Negatividad: el negar pensando, el decir "no" hablando, el negar éticamente actuando (sittlich), es decir, la negación moral y política. El Sujeto es la pura y simple negatividad del no-ser-sujeto (@ no-Yo) y de esas relaciones que no deifican al Sujeto sino que lo cosifican. La intransigente voluntad de libertad, de autenticidad y de pensar crítica y negativamente por sí converge en la resultante de la esencial negatividad del Sujeto. El Sujeto es la negación de lo que impide y obstaculiza el ser-Sujeto: es tanto la negación en sí-mismo y consigo mismo, cuanto la negación de lo-otro (positividad) y de-los-otros (opuestos a la subjetividad). El Sujeto es la enérgica negación de la alienación y la enajenación de ser-sujeto. Dicho sinópticamente: la negatividad es la negación de toda heteronomía. Pero, también y además, es negarse a cosificar y objetivar al otro y a los otros: toda cosificación del otro envenena la relación y se vuelve en una autocosificación y en una autoobjetivación, esto es, en una desubjetivación.
La Negatividad es la actividad disolvente, el movimiento dialéctico y el enérgico movimiento que actualiza y acciona el devenir; más aún: es el motor del cambio y del desarrollo (Entwicklung) y la enérgica potencia de la autoformación (Bildung) y de la cultura (Kultur) del Sujeto. El Sujeto es la pura y simple Negatividad. Más aún: el momento crucial de la negatividad del Sujeto está en el negarse en-sí-mismo y a sí mismo. Dice Sartre: lo importante no es saber qué hizo de mí la sociedad y la historia, sino saber qué haremos con lo que hicieron de nosotros, algo que generalmente pasa por una íntima y radical negación de lo que hicieron de nosotros.
Concluyendo, así lo Negativo resulta ser también positivo. La autorealización del Sujeto y la formación del Sujeto precisan del motor de lo Negativo. Lo negativo es formativo del Sujeto.
§ 6. Consciencia como voluntad de consciencia. El Sujeto es consciencia de ser. Quien dice Sujeto, dice consciencia. Ciertamente el Sujeto no sabe por lo general qué (Was) es, ni quién (Wer) es, en el sentido de conocer lúcidamente el plexo de las relaciones sociales que lo constituyen, y el proceso que lo ha constituido por acción u omisión. En este sentido, al Sujeto "la con-sciencia le viene de afuera". Sin embargo, si bien el Sujeto no sabe qué (Was) es, ni quién (Wer) es, sí sabe que (daβ) es, que existe, que no es cosa, y sufre, si es tratado como cosa. Pero esta conciencia (de ser) no descarta ni la inconsciencia, ni la falsa consciencia, sino que éstas son momentos constitutivos de proceso de la concientización. De ahí que (Cf. infra § 7) haya que definir al Sujeto como voluntad de pensar, de modo que el Sujeto es "voluntad" de con-sciencia.
§ 7. Voluntad de Autoconsciencia. El Sujeto como resultado de la Bildung es actividad voluntaria. El Sujeto es la voluntad (espontánea y autónoma y auténtica) de llegar a ser-Sujeto, de devenir-Sujeto en un proceso y en la trama o en el plexo de sus relaciones sociales constitutivas. De ahí que el Sujeto es, además de consciencia, autoconsciencia. Es la voluntad de devenir o volverse Sujeto, de erigirse como Sujeto, de elevarse a la subjetividad por la vía regia de su autoformación dialéctica, o sea, negativa. El Sujeto está relacionalmente constituido en instituciones y en vínculos existenciales (= cadenas). El Sujeto, por su parte, ha de volverse reflexivo, esto es, con-sciente de las relaciones sociales que lo constituyen. El Sujeto es pues la voluntad de erigirse en el Sujeto de esas relaciones (sociales y ontológicas) que lo constituyen, i.e., es la voluntad de erigirse en el Sujeto de las relaciones que (como Sujeto) él autónoma y auténticamente constituye.
De ahí que el Sujeto sea la voluntad de negar y mejor aún, de anonadar o aniquilar todas las relaciones negativas de la subjetividad del Sujeto, de esas que cosifican, oprimen y hacen padecer (heteronomía). Al mismo tiempo, es la voluntad de autoafirmarse y de autoponerse negativamente como Sujeto.
§ 8. La voluntad de la Libertad-consciente-de-sí. Así pues, el Sujeto es sobre todo la voluntad de la emancipación, la voluntad de la liberación de esas relaciones que se han vuelto ataduras, vínculos, i.e., cadenas que someten, subyugan, dominan y oprimen, en una palabra, humillan a los sujetos como Sujetos. Es pues la voluntad de la autonomía; y, más propiamente aún, es la voluntad de la libertad-consciente-de-sí, esa que se reconoce a sí misma como conquista moral y política. El proceso de formarse en la autonomía, el proceso de la subjetivación, es el proceso de la emancipación y la liberación del Sujeto, el proceso de la conquista de la libertad-conciente-de-sí.
§ 9. Voluntad de Autenticidad. El Sujeto es también (no menos) la voluntad de ser un sujeto expresivo, de ser y formarse expresivamente como Sujeto. Esto significa ser auténticamente Sujeto. La autenticidad es un momento esencial del proyecto del Sujeto. El corazón es un órgano no menos filosófico que el cerebro (Razón); la autenticidad consiste en darle la razón al propio corazón. El Sujeto es pues la voluntad de autenticidad, es la voluntad de formarse como Sujeto expresivo o auténtico. Y así el Sujeto es no sólo voluntad, sino también pasión: la pasión del corazón, la afirmación del poderío del propio corazón. "Nada grande se realiza en la Historia Universal sin pasión": sin inspiración, sin entusiasmo, sin optimismo. El Sujeto es el proceso fervoroso de formarse en la autenticidad, en el darle la razón al propio corazón.
§ 10. Voluntad de Razón. El Sujeto es también (y no menos) la voluntad de Razón (≠ Entendimiento[3]), esto es, la voluntad de pensar y no sólo conocer, la voluntad de volver reflexiva la totalidad de las relaciones del todo. Ciertamente el Sujeto también es memoria, es imaginación, es proyecto, es acción, es hacer y hacerse actuando (prattw, praxiV) y haciendo (poiew, poihsiV). También el Sujeto deviene (por momentos simultánea y sucesivamente) en sensibilidad, en entendimiento, en voluntad. Pero, finalmente, culmina en la Razón, la facultad crítica de lo incondicionado[4]. Pues, sobre todo, el Sujeto es la voluntad de pensar (≠ conocer); es la voluntad de entender, no sólo cognitivamente, sino de pensar: de ser racionalmente sujeto, de hacer un uso autónomo de la propia Razón. Así si el Sujeto no sólo conoce sino sobre todo piensa, entonces piensa de forma negativa y crítica, de forma subversiva, i.e., piensa de forma incondicional e incondicionada (racional). El Sujeto es el proceso de formarse en el pensar autónomo, en la Razón.
§ 11. Espíritu Objetivo. El Sujeto no es sólo un espíritu subjetivo, un individuo, una persona, sino también un nosotros existente, un ellos existente en instituciones (sociales, políticas, usw.) que se cosifican y naturalizan, es decir, el espíritu también es espíritu objetivo, vuelto objeto, positividad, cosa. La sustancia ética (= el espíritu objetivo), sin embargo, depende solamente de la voluntad del Sujeto. El Sujeto debe ser reflexivo de las relaciones que lo constituyen y de las que es miembro y participante. El Sujeto sabe en tanto "espíritu" que Él es el Sujeto del espíritu objetivo. El Espíritu Objetivo es un predicado del Sujeto.
El Sujeto ha superado su alienación (necesaria) y así re-conoce su obra: en el mundo de los entes en general (la condición de posibilidad de todos fenómenos posibles) y en el mundo de la vida (Lebenswelt) y en el mundo del trabajo social. El Sujeto debe re-conocerse como sujeto trascendental y sujeto de la praxis que hace la Historia: actuando y trabajado.
§12. Bildung. El Sujeto es actividad, desarrollo, pero con sentido. Es pues "formación", la Bildung, el hecho de que en el proceso de las sucesivas "figuras", de las sucesivas alienaciones y sucesivas autocríticas (de retorno a sí mismo) se acendre la voluntad de conquistar la Libertad-consciente-de-sí, la Autenticidad y la Razón. La Bildung es un viaje: un partir o irse y un retornar transfigurado.
Como bien dijo Rubén Dri, hay momentos, por una parte, de hegemonía (centrípeta) y, por otra, de alienación (centrífuga) del Sujeto. El Sujeto es el proceso de la igualación sucesiva de sí mismo que se restaura en el camino dialéctico de la formación y de la autorealización. El Sujeto sigue siendo él mismo en sus sucesivos ser-otros. El Sujeto es la mediación universal de su devenir-otro en sí mismo y consigo mismo.
El Sujeto no es una ilusión. El Sujeto es, por el contrario, la lucha por la apoteosis del Sujeto, la lucha por inscribirse en el proyecto del Deus in fieri (@ el Hombre Nuevo).
§ 13. Deus in fieri. El Sujeto es en síntesis la voluntad de una conquista: la conquista de devenir un Hombre Nuevo. Es así la voluntad de formarse como un Hombre Nuevo de un Nuevo Mundo y para un Nuevo Mundo, mundo que ha derrotado a la alienación y la reificación. Entonces el Sujeto es también la lucha por la apoteosis del Sujeto, la lucha por inscribirse en el proyecto político y moral del Deus in fieri. El Sujeto revindica reflexivamente todas sus riquezas que había depositado en un ilusorio más allá trasmundista y así las había enajenado y desperdiciado.
§ 14. La lucha. El Sujeto es pues la lucha por ser Sujeto. El Sujeto es resultado dialéctico (contradictorio) de la lucha, la lucha por ser-Sujeto. De la "voluntad" que venimos hablando, es la voluntad de lucha. La lucha supone no menos la negación que la autoafirmación o autoposición. La lucha supone el coraje: el desprecio a la muerte, a la enfermedad y al sufrimiento. La lucha es también la lucha por la vida (zwh, die Kampf um Dasein), la lucha por la reproducción de las condiciones materiales de la vida (zwh).
El Sujeto es la lucha áspera y perpetua por ser Sujeto, esto es, por ser-autoconscientemente-libre y por autodeterminarse, en una palabra, por la voluntad de lucha por la libertad-consciente-de-sí (autonomía). Es la lucha por la autosuficiencia (= autarquía) y por la autenticidad; y por el pensar según la Razón (y no por el conocer según el entendimiento); por ser un ser-en-sí y para-sí y con-otros (libres), en una palabra, es la lucha por el Hombre Nuevo y la Apoteosis.
Es también la lucha áspera y perpetúa contra las humillaciones: contra la objetivación y la reificación; contra la alienación y la expoliación y la enajenación; contra la hipocresía y la inautenticidad; y contra la naturalización de sí mismo y de los otros. Es la lucha por negarse a ser un ser-en-otro y para-otro, por no ser-cosa, por negarse a la cosificación y a la autocosificación (la utilización del "sujeto"), por negarse a la alienación y a la enajenación como sujeto y al ninguneo. El Sujeto es la lucha por la soberanía del Yo. En fin, es la lucha por la vida buena y bella (kallokagathía) y la felicidad (eudaimonía).
§ 15. Autoposición. La lucha supone la autoafirmación del sujeto como Sujeto. El Sujeto presupone el coraje y la valentía. El Sujeto así es el movimiento de ponerse autónomamente a sí mismo, el movimiento liberador de autoafirmarse como Sujeto, el libre movimiento de la subjetivación autónoma, el libre movimiento de la subjetivación auténtica, el libre movimiento del pensar. Es el doble movimiento, afirmativo y negativo, de ponerse y afirmarse.
§ 16. El Reconocimiento (Anerkennung). El Sujeto es la lucha feroz por el reconocimiento de ser-Sujeto. Cf. § 2. Es el movimiento de reconocer y ser-reconocido en la lucha a muerte por el reconocimiento. El Sujeto culmina cuando finalmente se supera la dialéctica del Señor y del siervo. O mejor el Sujeto se consuma en la igualdad de la distribución y en la igualdad del reconocimiento, eso es, en el reconocimiento mutuo, cuando se es reconocido y cuando reconoce, cuando el Sujeto reconoce al otro como Sujeto, en una palabra, culmina en "la mirada cara a cara" (Simmel) por la plenitud de la bienaventuranza y la satisfacción de una relación que no tiene otro fin que la totalidad que significa ella misma. Reconocer (en este contexto) significa reconocer la voluntad del Proyecto del Hombre Nuevo. El Sujeto se ha transformado así en Espíritu.
§ 17. Totalidad ética. El Sujeto no es sólo el Sujeto del saber, el Sujeto moral, el sujeto estético expresivo, Sujeto inconsciente, sino sobre todo es el Sujeto del trabajo, que históricamente ha humanizado al Hombre.
; (2) el servicio del siervo ; (3) el trabajo / creación del objeto / mundo (material) en el que se crea a sí mismo creando y recreando. Se subjetiviza y se des-subjetiviza en el trabajo. El Sujeto es una autocreación interactiva con el mundo material y moral>.
§ 18. Señorío. El Sujeto es señor de su vida y de su muerte. El Sujeto es este señorío. Quien ha intentado durante su existencia ser el señor de su propia vida, ha de intentar ser también el señor de su propia muerte. Este intento es un carácter definitorio del Sujeto.
Verano de 2008
[1] El Movimiento Obrero, sobre cuyas espaldas recae la reproducción material de la vida, lucho por la jornada de "8 horas de trabajo, 8 horas de sueño, 8 horas de tiempo libre". Hoy los tres segmentos se hallan cosificados,
[2] La Idea de Sujeto es indisociable del proceso dialéctico de la Bildung del Sujeto.
[3] El entendimiento abstrae de la totalidad dialéctica de las relaciones. También fija el proceso y el desarrollo esencialmente cambiante. La abstracción formal. Razón formal-instrumental. La soledad y el contractualismo.
[4] Conciencia, Autoconciencia y Razón.
(Réplica a Rubén Dri)
Teoría de la Acción
(Una categoría subversiva
de un mundo crecientemente cosificado)[1]
(≠ instituciones ≠ relaciones ≠ sistema ≠ estructura
≠ sujeto fabricatus o producido o sujetado)
Inhalt
Advertencia
§ 1. El sujeto como categoría
§ 2. Qué no es sujeto
§ 3. Das Wesen des Subjects
§ 4. La actividad de la Vida: experiencias.
§ 5. Negatividad
§ 6. Conciencia como voluntad de conciencia
§ 7. Voluntad de ser Autoconciencia
§ 8. Voluntad de la Libertad-conciente-de-sí
§ 9. Voluntad de Autenticidad
§ 10. Voluntad de Razón
§ 11. Espíritu Objetivo
§ 12. Bildung
§ 13. Deus in fieri
§ 14. Lucha
§ 15. Autoposición
§ 16. El reconocimiento
§ 17. Totalidad ética
§ 18. Señorío
Apéndice: Geistesleben
advertencia preliminar
El "autoengendramiento del Sujeto" es solamente el hecho de que a partir de un cierto momento del proceso de la subjetivación del Sujeto, los hábitos (las exeiV), es decir, la "segunda naturaleza" en los que el sujeto consiste, y que por supuesto supone a las relaciones sociales, son el resultado de la elección (proairhsiV). A partir de cierto momento se es responsable hasta de la cara que uno tiene.
Sartre señala que el Idealismo es "la filosofía de los Amos", esto es, de los señores. El Idealismo y la Teoría del Sujeto les resultan increíbles a todos aquellos para los cuales la servidumbre y el fatalismo es parte constitutiva de la vida que vivieron y de la vida que eligieron. La nobleza, el honor, el ideal caballeresco, el coraje, el orgullo, la valentía, el desprecio al sufrimiento y la muerte, el temor a la humillación y a la deshonra, desgajados de sus condiciones históricas y sociales y transformados en valores morales incondicionados, son el sustrato de este éthos. Ninguno de estos valores morales pueden ser los valores de una sirvienta o un sirviente, de una sierva o siervo que han aceptado a los señores señoras y a los amos ya las amas y al orden social que éstos imponen y aquéllos acatan, por preferir la vida servil a la muerte en la lucha por el reconocimiento. El idealismo es el correlato teórico de la experiencia y al mismo tiempo la Aufhebung de estas realidades y tipos en cuanto históricos. Este éthos subyace a las revolucionarias y revolucionarios y a las ciudadanas y ciudadanos concientes y autoconscientes, de que las relaciones sociales y las instituciones dependen de la voluntad de los sujetos. En definitiva, "la filosofía que se elige depende del hombre que se es" (Fichte), y existen filosofías cuyo correlato es la experiencia del programa de la servidumbre y la humillación.
§ 1. El sujeto como categoría. La vida y la Biografía de Trotsky, pero sobre todo las de Lenin nos hacen creer, i.e., confiar, en la elocuencia de la categoría del sujeto para entenderlas. Pero, también las de Guevara de la Serna y, más aún, la de Napoleón. Pero podrían ser las de Cervantes o Marx o Robespierre. O la de Beethoven o la de Van Gogh. O Flora Tristán o Rosa Luxemburg. El común denominador es una vida intensa en relaciones, circunstancias y condiciones completamente adversas y la vaga impresión que la Historia no hubiese sido exactamente la que fue sin el Sujeto.
El Sujeto es lo que es irreductible a las relaciones, instituciones, estructuras y sistemas.
§ 2. Qué no es Sujeto. El ser-Sujeto es el no-ser un pasivo objeto, una simple cosa, un pobre ente; alguien –incluso algo– más o menos inmodificable en su ser; alguien –incluso algo– manipulable, dócil e intercambiable, obediente; en fin, alguien no reconocido intersubjetivamente como Sujeto. Sujeto no es tampoco lo meramente existente (faules Dasein), lo que existe simplemente, porque sí no más (Realität), lo que existe por-otro y para-otro (objeto y bien de uso). Propiamente el Sujeto no es sólo el resultado de las relaciones, de las situaciones, de las estructuras, de los sistemas, de los procesos, de las condiciones.
§ 3. Das Wesen des Subjects (Wer ist er?). Por el contrario, el Sujeto es aquello que es irreductible a las relaciones, a los sistemas, a las estructuras, usw. Es lo que existe en-sí y para-sí según su Ideal voluntario y según su Idea (Wirklichkeit), según su consciencia y autoconsciencia: lo que existe formado como Sujeto[2]. El Sujeto (normativamente) es agente, es espontáneo y, sobre todo y ante todo, es libre (autónomo) y aun auténtico. El Sujeto piensa por sí mismo, habla por sí mismo, actúa por sí mismo; en fin, es responsable de sí.
El Sujeto no es una "realidad" (Realität, ein faules Dasein) de esas que haya que dar cuenta en términos empíricos como permanentemente dados. Sujeto, en cambio, es una categoría crítica. Así pues, el Sujeto es el programa y el proyecto de formación (Bildung) moral y política (por momentos heroicos) de ser-sujeto; es la voluntad de ser-Sujeto.
El Sujeto es la Idea o el Ideal del Sujeto: es el programa y el proyecto de autorrealizarse como sujeto, negándose a la cosificación, a la reificación. Así pues, no es que el hombre sea Sujeto, sino que puede y debe volverse Sujeto para merecer propiamente el título de Hombre. El Sujeto es una conquista moral. El hombre puede y debe educarse como Sujeto (Bildung). El Sujeto es (ontológicamente) una posibilidad y un deber; no una realidad. El proyecto del Sujeto es el proyecto de la Libertad-Consciente-de-sí, i.e., de la Libertad que se autocomprende como una conquista moral, política y espiritual.
El Sujeto es, contrario sensu, el programa y el proyecto de superar (aufheben) la manipulación, la mercantilización, el destrato, el ninguneo, el trato como bienes de uso y de cambio, el desconocimiento, la falsa conciencia, la inconsciencia, en una palabra, la entificación, la cosificación, la reificación, la objetualización, i.e., la desigualdad entre los sujetos. En una palabra, el proyecto del Sujeto es el de la negación de las relaciones sociales que él no ha decidido voluntariamente, i.e. la heteronomía. La heteronomía es exactamente lo opuesto al Sujeto. El Sujeto es el proceso de negación, de negarse a ser un siervo, un súbdito, un dominado, un cliente, una mujer, un menor de edad, un viejo (≠ senex vel senior), un expoliado, un sometido, etc. Tampoco el Sujeto no es sustancialmente un heredero, ni el simple resultado de las tradiciones históricas.
§ 4. La actividad de la Vida (praxiV kai poihsiV). En principio, el Sujeto también es, de alguna manera, sustancia (algo autosuficiente y fijo, determinado e inmóvil) y desde luego estructura, sistema, intersección de relaciones, usw. Pero, sobre todo, quien alude al Sujeto, dice sustancia viva y lo es en el perpetuo movimiento cambiante de la vida; más propiamente: es sustancia en perpetua actividad (Cf. energeia). La actividad del Sujeto es tanto praxis (praxiV, actividad intersubjetiva) como es poíesis (poihsiV, metabolismo con la Naturaleza por vía del trabajo). La subjetividad es la enérgica vitalidad; la intensa, impetuosa y desbordante vitalidad de la vida, que surge de sí misma con autonomía. La subjetividad se forma en y por la actividad espontánea, autónoma y auténtica. Las actividades son las experiencias, las figuras de las experiencias, esas que constituyen la subjetividad del Sujeto. El Sujeto es el hijo de las experiencias de sí mismo como Sujeto de sus experiencias. El Sujeto es, más precisamente, el hijo de la historia de sí mismo como Sujeto de su vida. El Sujeto es el hijo de las experiencias de su Libertad.
El Sujeto entonces no sólo es activo, sino que es sólo "actividad concreta" (= Tathandlung) y no "cosa" (Tatsache); es, por así decirlo, la actividad de "el hombre de acción", de su autorrealización como Sujeto. El Sujeto pretende la "soberanía del Yo" en las relaciones sociales. El Sujeto pasa por su voluntad (en su actividad) del Ser (del ser-un-"ente") a la Consciencia de ser y de sí; y de ahí a la decisión ética de la Autoconsciencia. El Sujeto es así el proceso y aun el desarrollo (Entwicklung) y, más aun todavía y con todo rigor, la formación (Bildung) por la que se deviene Sujeto. El Sujeto entonces es acción, pero con sentido y destino. El Sujeto es, pues, un hábito, una disposición, una héxis, el resultado de múltiples elecciones; concretamente: el hábito de ser-sujeto. El Sujeto tiene pues historia y no es "naturaleza". El Sujeto es, de cabo a rabo, histórico. La actividad propiamente subjetiva del Sujeto es la Bildung (praxiV kai poihsiV). "Sujeto" nombra (como una recaída en la inmediatez) al proceso de la subjetivación, i.e., de la formación como Sujeto; éste es el alcance que tiene la afirmación de que el Sujeto es sustancia. El Sujeto es el proceso de hacerse y volverse Sujeto, esto es, de formarse como Sujeto. El Sujeto propiamente es la Bildung.
§ 5. La Negatividad. El Sujeto es esencialmente mortífero y mortal, mata y muere (un Sein-zum-Tode: alguien que debe y merece perecer). El Sujeto es la pura y simple Negatividad: el negar pensando, el decir "no" hablando, el negar éticamente actuando (sittlich), es decir, la negación moral y política. El Sujeto es la pura y simple negatividad del no-ser-sujeto (@ no-Yo) y de esas relaciones que no deifican al Sujeto sino que lo cosifican. La intransigente voluntad de libertad, de autenticidad y de pensar crítica y negativamente por sí converge en la resultante de la esencial negatividad del Sujeto. El Sujeto es la negación de lo que impide y obstaculiza el ser-Sujeto: es tanto la negación en sí-mismo y consigo mismo, cuanto la negación de lo-otro (positividad) y de-los-otros (opuestos a la subjetividad). El Sujeto es la enérgica negación de la alienación y la enajenación de ser-sujeto. Dicho sinópticamente: la negatividad es la negación de toda heteronomía. Pero, también y además, es negarse a cosificar y objetivar al otro y a los otros: toda cosificación del otro envenena la relación y se vuelve en una autocosificación y en una autoobjetivación, esto es, en una desubjetivación.
La Negatividad es la actividad disolvente, el movimiento dialéctico y el enérgico movimiento que actualiza y acciona el devenir; más aún: es el motor del cambio y del desarrollo (Entwicklung) y la enérgica potencia de la autoformación (Bildung) y de la cultura (Kultur) del Sujeto. El Sujeto es la pura y simple Negatividad. Más aún: el momento crucial de la negatividad del Sujeto está en el negarse en-sí-mismo y a sí mismo. Dice Sartre: lo importante no es saber qué hizo de mí la sociedad y la historia, sino saber qué haremos con lo que hicieron de nosotros, algo que generalmente pasa por una íntima y radical negación de lo que hicieron de nosotros.
Concluyendo, así lo Negativo resulta ser también positivo. La autorealización del Sujeto y la formación del Sujeto precisan del motor de lo Negativo. Lo negativo es formativo del Sujeto.
§ 6. Consciencia como voluntad de consciencia. El Sujeto es consciencia de ser. Quien dice Sujeto, dice consciencia. Ciertamente el Sujeto no sabe por lo general qué (Was) es, ni quién (Wer) es, en el sentido de conocer lúcidamente el plexo de las relaciones sociales que lo constituyen, y el proceso que lo ha constituido por acción u omisión. En este sentido, al Sujeto "la con-sciencia le viene de afuera". Sin embargo, si bien el Sujeto no sabe qué (Was) es, ni quién (Wer) es, sí sabe que (daβ) es, que existe, que no es cosa, y sufre, si es tratado como cosa. Pero esta conciencia (de ser) no descarta ni la inconsciencia, ni la falsa consciencia, sino que éstas son momentos constitutivos de proceso de la concientización. De ahí que (Cf. infra § 7) haya que definir al Sujeto como voluntad de pensar, de modo que el Sujeto es "voluntad" de con-sciencia.
§ 7. Voluntad de Autoconsciencia. El Sujeto como resultado de la Bildung es actividad voluntaria. El Sujeto es la voluntad (espontánea y autónoma y auténtica) de llegar a ser-Sujeto, de devenir-Sujeto en un proceso y en la trama o en el plexo de sus relaciones sociales constitutivas. De ahí que el Sujeto es, además de consciencia, autoconsciencia. Es la voluntad de devenir o volverse Sujeto, de erigirse como Sujeto, de elevarse a la subjetividad por la vía regia de su autoformación dialéctica, o sea, negativa. El Sujeto está relacionalmente constituido en instituciones y en vínculos existenciales (= cadenas). El Sujeto, por su parte, ha de volverse reflexivo, esto es, con-sciente de las relaciones sociales que lo constituyen. El Sujeto es pues la voluntad de erigirse en el Sujeto de esas relaciones (sociales y ontológicas) que lo constituyen, i.e., es la voluntad de erigirse en el Sujeto de las relaciones que (como Sujeto) él autónoma y auténticamente constituye.
De ahí que el Sujeto sea la voluntad de negar y mejor aún, de anonadar o aniquilar todas las relaciones negativas de la subjetividad del Sujeto, de esas que cosifican, oprimen y hacen padecer (heteronomía). Al mismo tiempo, es la voluntad de autoafirmarse y de autoponerse negativamente como Sujeto.
§ 8. La voluntad de la Libertad-consciente-de-sí. Así pues, el Sujeto es sobre todo la voluntad de la emancipación, la voluntad de la liberación de esas relaciones que se han vuelto ataduras, vínculos, i.e., cadenas que someten, subyugan, dominan y oprimen, en una palabra, humillan a los sujetos como Sujetos. Es pues la voluntad de la autonomía; y, más propiamente aún, es la voluntad de la libertad-consciente-de-sí, esa que se reconoce a sí misma como conquista moral y política. El proceso de formarse en la autonomía, el proceso de la subjetivación, es el proceso de la emancipación y la liberación del Sujeto, el proceso de la conquista de la libertad-conciente-de-sí.
§ 9. Voluntad de Autenticidad. El Sujeto es también (no menos) la voluntad de ser un sujeto expresivo, de ser y formarse expresivamente como Sujeto. Esto significa ser auténticamente Sujeto. La autenticidad es un momento esencial del proyecto del Sujeto. El corazón es un órgano no menos filosófico que el cerebro (Razón); la autenticidad consiste en darle la razón al propio corazón. El Sujeto es pues la voluntad de autenticidad, es la voluntad de formarse como Sujeto expresivo o auténtico. Y así el Sujeto es no sólo voluntad, sino también pasión: la pasión del corazón, la afirmación del poderío del propio corazón. "Nada grande se realiza en la Historia Universal sin pasión": sin inspiración, sin entusiasmo, sin optimismo. El Sujeto es el proceso fervoroso de formarse en la autenticidad, en el darle la razón al propio corazón.
§ 10. Voluntad de Razón. El Sujeto es también (y no menos) la voluntad de Razón (≠ Entendimiento[3]), esto es, la voluntad de pensar y no sólo conocer, la voluntad de volver reflexiva la totalidad de las relaciones del todo. Ciertamente el Sujeto también es memoria, es imaginación, es proyecto, es acción, es hacer y hacerse actuando (prattw, praxiV) y haciendo (poiew, poihsiV). También el Sujeto deviene (por momentos simultánea y sucesivamente) en sensibilidad, en entendimiento, en voluntad. Pero, finalmente, culmina en la Razón, la facultad crítica de lo incondicionado[4]. Pues, sobre todo, el Sujeto es la voluntad de pensar (≠ conocer); es la voluntad de entender, no sólo cognitivamente, sino de pensar: de ser racionalmente sujeto, de hacer un uso autónomo de la propia Razón. Así si el Sujeto no sólo conoce sino sobre todo piensa, entonces piensa de forma negativa y crítica, de forma subversiva, i.e., piensa de forma incondicional e incondicionada (racional). El Sujeto es el proceso de formarse en el pensar autónomo, en la Razón.
§ 11. Espíritu Objetivo. El Sujeto no es sólo un espíritu subjetivo, un individuo, una persona, sino también un nosotros existente, un ellos existente en instituciones (sociales, políticas, usw.) que se cosifican y naturalizan, es decir, el espíritu también es espíritu objetivo, vuelto objeto, positividad, cosa. La sustancia ética (= el espíritu objetivo), sin embargo, depende solamente de la voluntad del Sujeto. El Sujeto debe ser reflexivo de las relaciones que lo constituyen y de las que es miembro y participante. El Sujeto sabe en tanto "espíritu" que Él es el Sujeto del espíritu objetivo. El Espíritu Objetivo es un predicado del Sujeto.
El Sujeto ha superado su alienación (necesaria) y así re-conoce su obra: en el mundo de los entes en general (la condición de posibilidad de todos fenómenos posibles) y en el mundo de la vida (Lebenswelt) y en el mundo del trabajo social. El Sujeto debe re-conocerse como sujeto trascendental y sujeto de la praxis que hace la Historia: actuando y trabajado.
§12. Bildung. El Sujeto es actividad, desarrollo, pero con sentido. Es pues "formación", la Bildung, el hecho de que en el proceso de las sucesivas "figuras", de las sucesivas alienaciones y sucesivas autocríticas (de retorno a sí mismo) se acendre la voluntad de conquistar la Libertad-consciente-de-sí, la Autenticidad y la Razón. La Bildung es un viaje: un partir o irse y un retornar transfigurado.
Como bien dijo Rubén Dri, hay momentos, por una parte, de hegemonía (centrípeta) y, por otra, de alienación (centrífuga) del Sujeto. El Sujeto es el proceso de la igualación sucesiva de sí mismo que se restaura en el camino dialéctico de la formación y de la autorealización. El Sujeto sigue siendo él mismo en sus sucesivos ser-otros. El Sujeto es la mediación universal de su devenir-otro en sí mismo y consigo mismo.
El Sujeto no es una ilusión. El Sujeto es, por el contrario, la lucha por la apoteosis del Sujeto, la lucha por inscribirse en el proyecto del Deus in fieri (@ el Hombre Nuevo).
§ 13. Deus in fieri. El Sujeto es en síntesis la voluntad de una conquista: la conquista de devenir un Hombre Nuevo. Es así la voluntad de formarse como un Hombre Nuevo de un Nuevo Mundo y para un Nuevo Mundo, mundo que ha derrotado a la alienación y la reificación. Entonces el Sujeto es también la lucha por la apoteosis del Sujeto, la lucha por inscribirse en el proyecto político y moral del Deus in fieri. El Sujeto revindica reflexivamente todas sus riquezas que había depositado en un ilusorio más allá trasmundista y así las había enajenado y desperdiciado.
§ 14. La lucha. El Sujeto es pues la lucha por ser Sujeto. El Sujeto es resultado dialéctico (contradictorio) de la lucha, la lucha por ser-Sujeto. De la "voluntad" que venimos hablando, es la voluntad de lucha. La lucha supone no menos la negación que la autoafirmación o autoposición. La lucha supone el coraje: el desprecio a la muerte, a la enfermedad y al sufrimiento. La lucha es también la lucha por la vida (zwh, die Kampf um Dasein), la lucha por la reproducción de las condiciones materiales de la vida (zwh).
El Sujeto es la lucha áspera y perpetua por ser Sujeto, esto es, por ser-autoconscientemente-libre y por autodeterminarse, en una palabra, por la voluntad de lucha por la libertad-consciente-de-sí (autonomía). Es la lucha por la autosuficiencia (= autarquía) y por la autenticidad; y por el pensar según la Razón (y no por el conocer según el entendimiento); por ser un ser-en-sí y para-sí y con-otros (libres), en una palabra, es la lucha por el Hombre Nuevo y la Apoteosis.
Es también la lucha áspera y perpetúa contra las humillaciones: contra la objetivación y la reificación; contra la alienación y la expoliación y la enajenación; contra la hipocresía y la inautenticidad; y contra la naturalización de sí mismo y de los otros. Es la lucha por negarse a ser un ser-en-otro y para-otro, por no ser-cosa, por negarse a la cosificación y a la autocosificación (la utilización del "sujeto"), por negarse a la alienación y a la enajenación como sujeto y al ninguneo. El Sujeto es la lucha por la soberanía del Yo. En fin, es la lucha por la vida buena y bella (kallokagathía) y la felicidad (eudaimonía).
§ 15. Autoposición. La lucha supone la autoafirmación del sujeto como Sujeto. El Sujeto presupone el coraje y la valentía. El Sujeto así es el movimiento de ponerse autónomamente a sí mismo, el movimiento liberador de autoafirmarse como Sujeto, el libre movimiento de la subjetivación autónoma, el libre movimiento de la subjetivación auténtica, el libre movimiento del pensar. Es el doble movimiento, afirmativo y negativo, de ponerse y afirmarse.
§ 16. El Reconocimiento (Anerkennung). El Sujeto es la lucha feroz por el reconocimiento de ser-Sujeto. Cf. § 2. Es el movimiento de reconocer y ser-reconocido en la lucha a muerte por el reconocimiento. El Sujeto culmina cuando finalmente se supera la dialéctica del Señor y del siervo. O mejor el Sujeto se consuma en la igualdad de la distribución y en la igualdad del reconocimiento, eso es, en el reconocimiento mutuo, cuando se es reconocido y cuando reconoce, cuando el Sujeto reconoce al otro como Sujeto, en una palabra, culmina en "la mirada cara a cara" (Simmel) por la plenitud de la bienaventuranza y la satisfacción de una relación que no tiene otro fin que la totalidad que significa ella misma. Reconocer (en este contexto) significa reconocer la voluntad del Proyecto del Hombre Nuevo. El Sujeto se ha transformado así en Espíritu.
§ 17. Totalidad ética. El Sujeto no es sólo el Sujeto del saber, el Sujeto moral, el sujeto estético expresivo, Sujeto inconsciente, sino sobre todo es el Sujeto del trabajo, que históricamente ha humanizado al Hombre.
§ 18. Señorío. El Sujeto es señor de su vida y de su muerte. El Sujeto es este señorío. Quien ha intentado durante su existencia ser el señor de su propia vida, ha de intentar ser también el señor de su propia muerte. Este intento es un carácter definitorio del Sujeto.
Verano de 2008
[1] El Movimiento Obrero, sobre cuyas espaldas recae la reproducción material de la vida, lucho por la jornada de "8 horas de trabajo, 8 horas de sueño, 8 horas de tiempo libre". Hoy los tres segmentos se hallan cosificados,
[2] La Idea de Sujeto es indisociable del proceso dialéctico
[3] El entendimiento abstrae de la totalidad dialéctica de las relaciones. También fija el proceso y el desarrollo esencialmente cambiante. La abstracción formal. Razón formal-instrumental. La soledad y el contractualismo.
[4] Conciencia, Autoconciencia y Razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario